viernes, 10 de febrero de 2012

Jaeger-LeCoultre




La familia Jaeguer LeCoultre está muy bien valorada y es muy reconocida por los amantes y coleccionistas de relojes de lujo.

Fue en 1833 cuando Antoine LeCoultre fundó en Les Sentier un taller de relojería que hasta hoy conserva su carácter de manufactura. A él se debe el invento del micrómetro, el primer instrumento capaz de medir micras así como, dos años después, del primer mecanismo de bolsillo dotado de un sistema de remontaje y de puesta en hora mediante la corona.
En 1925 se unió con Edmund Jaeguer. Siguieron teniendo como objetivo el trabajo bien hecho y una insaciable curiosidad científica que se aprecia en sus bellas y complicadas piezas relojeras. Todas las piezas de los relojes Jaeguer LeCoultre, hasta el más pequeño tornillo, son realizadas con sumo detalle para garantizar una longevidad legendaria.

En 1928 el ingeniero J.L. Reutter diseñó para esta firma el Atmos, un péndulo fascinante que funciona con la energía de las variaciones de la temperatura ambiente y que se regalaba por el gobierno helvético a las máximas personalidades.
En 1931 la Manufactura Jaeguer LeCoultre crea un reloj que revolucionó el mundo: el Reverso. Reflejo artístico de la época Art Déco y cuya caja reversible se ha ido vistiendo de mil y una caras, perpetuándose de generación en generación.

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