viernes, 10 de febrero de 2012

IWC




Los relojes IWC son producto de la unión de dos ambiciosos industriales, uno americano y otro suizo.

Desde sus comienzos en 1968, la compañía se centró en la innovación en tecnología y en el diseño.

Sus primeros relojes de bolsillo se caracterizan por una serie de avanzadas características técnicas, muchas de las cuales están todavía presentes en los relojes de bolsillo actuales.

Hacia 1898 la compañía comenzó a adaptar los movimientos de los relojes de bolsillo en versiones más pequeñas para aplicarlos a los relojes de pulsera e introdujo su primer reloj de pulsera en 1900.

Durante toda su historia, IWC ha creado una serie de colecciones de relojes considerados como algunos de los mejores instrumentos de medición del tiempo del mundo.

Apreciados por coleccionistas y por expertos, los relojes IWC tienen grabado un número exclusivo y su tipo de calibre.
Su número de referencia, calibre, material, número de caja, fecha de entrega y el nombre del comprador quedan registrados en la sede de la compañía en Schaffaussen.


Un reloj IWC se puede rastrear hasta los primeros propietarios.
En la sede guardan un inventario de las partes de sus colecciones de relojes más característicos durante un mínimo de 30 años.

El reloj IWC más famoso es el reloj “Portuguese”, encargado en 1930 por dos hombres de negocios portugueses. El reto de IWC era fabricar un reloj de pulsera con caja de acero inoxidable que tuviera todas las cualidades de un cronómetro marino.

Actualmente, el reloj “Portuguese” es una de las piedras angulares de la colección. Es también conocido por el diseño de calidad, los movimientos de precisión, el excelente acabado y la innovación de sus colecciones Grande Complicación, Da Vinci, Novecento, Portofino, Ingenieur, Pilots Watches y GST.

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